San Matías, apóstol -14 de mayo



Redacción

El santo tuvo que recorrer al lado de Cristo un largo trayecto. Durante tres años, desde el bautismo en el río Jordán hasta su ascensión al Cielo, Matías siguió fielmente al Hijo del hombre en sus peregrinaciones de un extremo al otro de Judea, Samaria y Galilea, atento a las palabras del Maestro.

Matías no figuraba entre los doce escogidos por el Señor, sino sencillamente era uno más entre sus discípulos. Debido a esto ningún evangelista nos ha contado nada acerca de su procedencia y de su profesión anterior.

Cuando los apóstoles, después del suicidio de Judas, lo propusieron, junto con José Barsabas, para completar el Colegio Apostólico, sin lugar a dudas dieron el mejor testimonio acerca de su santidad.
Los mismos Apóstoles, después de una solemne oración, echaron la suerte sobre ambos, y Dios decidió la elección de Matías.

De esta manera, el antiguo discípulo aceptaba hasta las últimas consecuencias el encargo misionero del Salvador. Como no se le vuelve a mencionar en las discusiones de Pablo con los apóstoles que se habían quedado en Jerusalén, parece ser que ya para entonces había salido de Palestina para llevar el mensaje de la Cruz a pueblos lejanos.

San Matías predicó en Etiopía y, según se dice, murió decapitado. Se cree que los restos mortales del santo descansan en la abadía de San Matías, en Tréveris (Alemania).

Clemente de Alejandría nos ha transmitido una corta advertencia del Apóstol:
Somete tu cuerpo a través de la mortificación, para que el espíritu llegue a ser semejante al del Crucificado”.
Esto sirve aun para todos nosotros.

“Tal ministerio fue confiado a Pedro y a los demás Apóstoles, cuyos sucesores son hoy el Romano Pontífice y los obispos, a quienes se unen, como colaboradores, los presbíteros y diáconos. Los pastores de la Iglesia no sólo la guían en nombre el Señor. Ejercen también la función de maestros de la verdad y presiden sacerdotalmente el culto divino. El deber de obediencia del pueblo de Dios frente a los pastores que lo conducen, se funda, antes que en consideraciones jurídicas, en el respeto creyente a la presencia sacramental del Señor en ellos. Esta es su realidad objetiva de la fe, independiente de toda consideración personal”.
D. P. n., 259.

Publicar un comentario

[facebook][blogger]

Forma de Contacto

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *

Con tecnología de Blogger.
Javascript DesactivadoPor favor, active Javascript para ver todos los Widgets