V Domingo de Pascua - "Yo soy el camino, la verdad y la vida"
10 de mayo de 2020
Hc 6, 1-7
Sal 32
1Pe 2, 4-9
Sn Jn 14, 1-12
Hoy, queridos hermanos celebramos el V DOMINGO DE PASCUA, y en dentro de él la fiesta del 10 de mayo, día de la madre en nuestro país. La cual estamos festejando de manera (atípica) diferente, debido a la cuarentena. Por lo cual encomendamos a todas las mamás de nuestro país vivas y difuntas a Dios.
El fragmento del Evangelio que hemos escuchado hoy forma parte del primer segmento del largo discurso en el cual Jesús se despide de sus discípulos y al mismo tiempo les promete regresar.
Aunque no les habla con toda claridad, ellos intuyen que pronto va a morir. Jesús los ve abatidos, por tanto sabe que es el momento de reafirmarlos en la fe, enseñándoles a creer en Dios de manera diferente: “Que no tiemble su corazón. Crean en Dios y crean en mí”.
La idea de la resurrección en el AT es muy tardía, hasta el libro de Daniel se habla con claridad. Por esta razón en tiempos de Jesús existían personas que no conocían, no creían o hasta negaban la resurrección de los muertos.
No es fácil hablar de este tema es como querer describirle los colores a un ciego de nacimiento o el sonido a un sordo de nacimiento, de igual modo no se puede explicar que es la vida fuera de las dimensiones de espacio y de tiempo a quien aún esta en el planeta tierra. Jesús nos dice que la vida eterna será una comunión plena, alma y cuerpo, con Cristo resucitado, compartir su gloria y su gozo.
Nos encontramos ante un texto de auto revelación: “Yo soy el camino la verdad y la vida”, en adelante los discípulos han seguir confiando en Dios, y creer también el él, pues es él mejor camino par a creer en Dios.
Su Santidad el Papa Benedicto XVI, en su encíclica que trata sobre la esperanza, nos ayuda a reflexionar sobre lo que es la vida eterna desde un punto de vista existencial. Inicia dándonos a conocer que hay personas que no desean la vida eterna que incluso tienen miedo. Se preguntan ¿Para qué sirve prolongar una vida que se ha llevado llena de problemas y sufrimientos?
El Papa responde, no se logra pensar en la vida que no conocemos, mientras que se trata sí, de vida, pero sin las limitaciones que experimentamos en el presente. La vida eterna, será sumergirse un el océano del amor infinito ¡, en el cual el tiempo ya no existe. No será un continuo sucederse de días en el calendario, sino como el momento pleno de satisfacción, en el cual la totalidad nos abraza y nosotros abrazamos a la totalidad.
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